El aprendizaje de idiomas es uno de los campos más interesantes para los investigadores, ya que la capacidad de aprender lenguas complejas (complicadas) es una de las características que distingue a los humanos de otros animales.
La ciencia puede decirnos cómo funciona el cerebro humano (en la mayoría de los casos), pero también cómo aprendemos una lengua concreta y somos capaces de reproducirla.
Muchos estudios científicos se han centrado en el método de aprendizaje de lenguas. Algunos estudios han intentado investigar cómo y por qué estudiamos idiomas, mientras que otros han investigado los beneficios del aprendizaje de idiomas. Algunos estudios se han realizado en niños, que están predispuestos a aprender idiomas con frases de motivación en inglés, mientras que otros, en adultos.
Se trata de una cantidad ingente de información. ¿Cómo podemos aprovecharla al máximo?
Entender cómo y por qué aprendemos un idioma puede ayudarnos a acelerar y simplificar nuestro proceso de aprendizaje.
Lo que la ciencia tiene que decir al respecto:
Los estudiosos de las lenguas utilizan un término específico para definir una de las formas en que aprendemos idiomas: el aprendizaje implícito o inconsciente. Este método describe el proceso de aprendizaje que se produce cuando el alumno no hace ningún esfuerzo por aprender.
No es un proceso de aprendizaje clásico, como sentarse en un pupitre y estudiar regla tras regla. El aprendizaje inconsciente se produce cuando oímos hablar inglés durante mucho tiempo sin prestar atención. Con el inglés de fondo, el cerebro absorbe automáticamente sonidos, acentos, palabras y reglas gramaticales, aunque uno no esté escuchando atentamente, participando en la conversación o tomando notas.
Irónicamente, es posible aprender escuchando pasivamente aunque no se conozca el significado de las palabras. Un estudio tras otro ha demostrado que es posible aprender cualquier idioma mediante la escucha pasiva, incluso las llamadas lenguas artificiales (inventadas especialmente por los eruditos para su propia investigación).
Esto es posible porque cuando escuchamos una lengua, percibimos sus construcciones. Es un método de aprendizaje natural, como el que utilizan los niños. Piénselo un momento: en los primeros años de vida, los niños no saben hablar, sólo escuchan. Pasan mucho tiempo escuchando antes de comprender bien lo que se dice y poder utilizar la lengua de forma autónoma.
Lo que podemos hacer
Escuchar todo el material posible en inglés. Escuchar todo el tiempo. En cada momento libre, asegúrate de tener el inglés de fondo, ya sea en tu habitación, en la oficina o en tus auriculares.
Ve series de televisión en inglés, escucha música en inglés y audiolibros en inglés. Frecuenta lugares donde puedas oír a hablantes nativos conversando. Escucha todo el inglés hablado que puedas. No hace falta que prestes demasiada atención: mientras tanto puedes dar un paseo, disfrutar de las vistas, fregar los platos, leer un libro, hacer ejercicio, hacer los deberes, escribir una redacción o trabajar.
Si sigues bombardeando tu cerebro y tus oídos con audio en inglés, aprenderás mucho más de lo que imaginas.